Durante siglos, el modelo académico de la Escuela Tradicional se centraba en una instrucción de contenidos por parte del docente, teniendo el alumnado un papel pasivo durante todo el proceso de su aprendizaje. A todos los niños y niñas, se les ofrecía el mismo tipo de aprendizaje y debían superar unas mismas pruebas académicas que dejaban marcada la diferencia de desarrollo entre unos y otros.
Es a partir del siglo XIX con la creación de la Escuela Nueva donde se cambian los fundamentos de la educación. Se pasa a considerar al alumnado como agente activo en su proceso de aprendizaje y el maestro durante todo momento será un guía y observador que interviene frente a sus dificultades.
Diferentes estudios, han afirmado como desde los primeros años se puede constatar en los niños y niñas que no todos aprenden del mismo modo, y que siendo excelentes en diferentes materias, no lo serán en otras. Así quienes mejores notas sacaban en las pruebas del colegio no siempre eran exitosos en la vida real, y por el contrario aquellos estudiantes que menos nota alcanzaban, resultaban ser excelentes en herramientas para innovar, socializar, marcarse metas,…
Existen diversas teorías donde se exponen diferentes estilos de aprendizaje en el alumnado. Por ejemplo, la teoría de Gardner sobre las Inteligencias Múltiples, auditiva, visual, kinestésica, etc., el modelo clásico de Kolb, convergente, acomodador, asimilador y divergente, o el de Alonso, Gallego y Honey, activos, reflexivos, pragmáticos o teóricos.
No obstante se lleva a cabo una síntesis sobre aquellos estilos de aprendizaje más conocidos por todos y más escuchados en el ámbito educativo actualmente. ¿Cuáles presentan tus alumnos y alumnas? y tú, ¿con cuál te representas?
Conoce los distintos estilos y con cuáles se identifica tu alumnado, así su aprendizaje se verá beneficiado y enriquecido.