La escuela es el primer entorno social donde el niño conecta y amplia su círculo de amistades, por tanto no solo puede tener un enfoque educativo y académico, sino que debe aportar al niño la seguridad y las habilidades sociales básicas para poder conectarse con el mundo que le rodea.
Es aquí, en la escuela, donde también se generarán los primeros conflictos, sobre todo entre el grupo de iguales, aunque también con los propios maestros. Por este motivo, desde las primeras edades los maestros debemos aportar a los niños pautas básicas para que su disposición ante un conflicto tenga una base comunicativa y pacífica. No consiste en no tratar el conflicto en estas primeras edades, sino en verlo como algo natural que debe solucionarse para una mejor convivencia del grupo clase.
Por todo ello, una educación infantil debe de estar sustentada en pilares que fomenten la amistad, la comunicación, la empatía, la ayuda y nunca la competitividad, la rivalidad, el odio o la violencia física. Si queremos futuros ciudadanos capaces de convivir en una sociedad pacífica debemos de inculcar estos valores desde las primeras edades, siempre adaptados a la edad y el momento evolutivo de los alumnos.
En este caso, como maestra de Educación Infantil os propongo una serie de actividades que podemos trabajar en el aula y sin duda ayudarán a crear una buena mediación entre alumnos.
La primera de ellas es crear una Normas de Aula, donde recogeremos aquellas acciones que se deben de hacer, siempre enunciadas en positivo: “tratar bien al compañero”, “hablar con un tono de voz normal”, “recoger el material”, “compartir los juegos” etc. Lo mejor es crear la lista con ayuda de los niños, para que así interioricen las normas y se sientan parte de este proyecto. De esta manera, ya estaremos inculcando en ellos normas básicas de convivencia que aportarán al clima de aula paz y tranquilidad.
Otra actividad es crear un Rincón de la Medicación, también conocido como Rincón de la Amistad. Debemos habilitar un espacio en el aula que invite a visitarlo, colorido, decorado con dibujos, bonito, donde coloquemos dos sillas, una frente de la otra. En el momento que en el aula haya un conflicto, “un niño se enfada con otro y le tira el juguete”, ofreceremos a los dos niños sentarse en el rincón de la mediación y la profesora los acompañará, ya que desempeñará el papel de mediadora.
Una vez sentados en este espacio, se seguirán las fases de una mediación escolar de un nivel superior, pero adaptadas a los alumnos de la etapa de infantil: explicamos las normas a seguir (turnos de palabra, escucha activa, no interrumpir); contarán por turnos lo ocurrido; después el profesor verbalizará lo ocurrido para que los alumnos lo escuchen; se pasará a la pregunta “¿cómo podemos solucionar el conflicto?”; darán las diferentes soluciones y elegirán la más adecuada; por último haremos uso de un momento afectivo, eligiendo ellos si quieren darse la mano, un abrazo, un beso. Finalmente la maestra como mediadora, hará un seguimiento durante los siguientes días/semanas de las partes afectadas.
La tercera actividad que os propongo es sencilla, la podemos incluir a última hora como rutina antes de irnos a casa. Consiste en una cartulina que se llamará “¿Somos buenos amigos?” y tendrá los nombres de todos los alumnos. Se valorará la no implicación en conflictos, la ayuda a los compañeros, la comunicación afectiva, las muestras de cariño y el trato hacia el maestro y hacia sus compañeros. De esta manera repasaremos al final del día los hechos ocurridos, y colocaremos al lado de cada nombre del niño un corazón rojo en el caso de que haya sido un buen compañero, y nada en el caso de que haya estado involucrado en alguna pelea y la haya solucionado mediante gritos, violencia física, etc.
La cuarta actividad consistirá en realizar una actividad del grupo en su totalidad y demostrar que sin los demás no podremos conseguir el fin de la misma. Se llama “El río” y comenzaremos repartiendo a cada alumno un folio donde tenga que dibujar una piedra del mayor tamaño posible. Una vez recortada explicaremos a los niños el juego: “debemos cruzar un río de pirañas y solo podemos cruzarlo si colocamos nuestras piedras sobre él”. De esta manera el primer niño colocará la suya y se subirá, el segundo se subirá con el primero sin tirarle y colocará su piedra también, así sucesivamente hasta que el último niño llegue a la otra orilla del río. Esta actividad es una buena forma de fomentar en los niños el compañerismo y la ayuda mutua que nos permitirá alcanzar nuestros objetivos.
Por último, un post dedicado a la mediación en la etapa de Educación Infantil no podía dejar de nombrar algunos cuentos que fomentan el valor de la amistad, el compañerismo y la ayuda. Os recomiendo el cuento de “¿A qué sabe la luna?” del autor Michael Grejniec y el cuento “Nadarín” de Leo Lionni.
Ambos cuentos se centran en la necesidad de un grupo de amigos o compañeros que te respalde en la vida para poder conseguir tus objetivos. A estos amigos se les debe de tratar bien, darles las gracias, tener muestras de afecto y ayudarles cuando ellos te necesiten.
Al final, lo que debemos hacer en esta etapa educativa, es plantar las bases para que en el futuro cuando estos niños y niñas se enfrenten a problemas con otros compañeros o profesores en el ámbito escolar, tengan las herramientas para solucionarlos de una manera pacífica.